Desarrollar la caligrafía con la motricidad lúdica (escritura)
Bantes de que los niños empiecen realmente la escuela, comienzan a escribir sus primeras palabras, como su propio nombre, quizás, MAMÁ o el nombre de una querida mascota. Las letras se “dibujan”, escriben incorrectamente y también invertidas. En esta etapa, esto es absolutamente normal.
Fpara que un niño pueda escribir con éxito letras y palabras, frases cortas y textos desde el principio, hay una serie de movimientos de motricidad gruesa y fina que primero tiene que dominar. Tanto las secuencias de movimientos sencillas como las más complejas deben practicarse y aprenderse hasta que puedan realizarse automáticamente.
Ponerse en movimiento
Pticularmente las destrezas motoras de escritura tienen que recibir suficiente práctica y apoyo. La fluidez de la escritura no se produce por casualidad; ¡hay que practicarla y guiarla! Los movimientos básicos y las destrezas motrices son fundamentales en este caso: el control específico de los movimientos, la coordinación espacio-posición, las capacidades de coordinación ojo-mano.
Cómo fomentar la motricidad de la escritura
Si los niños tienen la motricidad de la escritura poco desarrollada, pierden el control de las formas (grafomotricidad) cuando tienen que realizar movimientos más rápidos. Esto significa que su escritura se deteriora considerablemente si tiene que escribir rápidamente: su escritura se vuelve ilegible y comete cada vez más errores.
Practicar intensamente las letras y las palabras no es la manera de estimular a los niños; esto podría dar lugar a que los niños se tensen más al escribir, así como a mayores dificultades de aprendizaje y concentración.
Es mucho más productivo para estos niños practicar secuencias de movimiento importantes, como los cambios de dirección, con las manos en el aire o dibujando a gran tamaño en el papel o en la arena.
Poner demasiada atención sólo en las formas correctas de las letras y en la ortografía no es una ayuda, sino un obstáculo. La práctica ideal para los niños son los movimientos en el aire, a la espalda de otro niño, con las manos sobre una mesa, con los pies en el suelo – tanto con los ojos abiertos como cerrados. Moverse es divertido, libera tensiones y permite a los niños practicar patrones de movimiento.