Día del Lápiz

Pequeñas notas, gran arte

Desde que se desarrolló por primera vez, en el siglo XVI, el “lead” pencil – llamado así en inglés porque el grafito brillante que contenía se confundía con el mineral de plomo – ha inspirado una y otra vez a innumerables artistas, convirtiéndolos en fans de este utensilio aparentemente mundano. Vincent van Gogh, por ejemplo, el hombre que allanó el camino a la pintura moderna, insistía en utilizar exclusivamente lápices Faber (ahora Faber-Castell). Y cuenta la leyenda que la primera palabra del precoz artista Pablo Picasso fue “piz”:, una abreviatura infantil de “lápiz”.

Productor pionero de lápices: Lothar von Faber

l lápiz pudo conquistar el mundo en el siglo pasado gracias sobre todo al espíritu pionero, desde el punto de vista técnico y comercial, de un empresario alemán, Lothar von Faber (1817-1896), que convirtió su empresa familiar de Spitzgarten, en Baviera, en una marca mundial, haciendo así accesible el instrumento de escritura a personas de todas las naciones y de todos los sectores de la sociedad. 

La famosa KARLBOX

"Escribir la historia" no sólo en tinta

Y como siempre, sigue entusiasmando a las mentes creativas, artísticas y poco convencionales. Así, el clásico Castell 9000 verde inspiró al artista de efectos especiales Carlo Rambaldi para esbozar el estrafalario alienígena que hizo llorar a millones de espectadores de la película E.T. También impulsó al premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass a crear una acuarela de un portalápices. El actual club de “fan” incluye a arquitectos de la talla del británico Sir Norman Foster, el pintor alemán Neo Rauch y el zar de la moda Karl Lagerfeld, que diseñó el espléndido “Karlbox” para Faber-Castell, en realidad una versión de alta costura de un juego de escritura.